Marta viste ojos verdes y un sol marcado en la cabeza. Con su descapotado blanco recorre la ciudad. Crecen flores por donde ella pisa, es la reina del local. Le gustaba volar, le gustaba jugar, desconectarse de tí. Hace tie mpo que voló, sin despedirse de mí. Pero Marta ya no dice nada, porque no hay nada más que pueda decir. Se llevó mis pinturas de colores, me dejó plantada en éste mundo raro ♪♪
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